
Isaías 44:6-20 (Nueva Versión Internacional)
El Señor y los ídolos
6 »Así dice el Señor, el Señor *Todopoderoso,rey y redentor de Israel:
"Yo soy el primero y el último;
fuera de mí no hay otro dios.
7 ¿Quién es como yo?
Que lo diga.
Que declare lo que ha ocurrido
desde que establecí a mi antiguo pueblo;
que exponga ante mí lo que está por venir,
¡que anuncie lo que va a suceder!
8 No tiemblen ni se asusten.
¿Acaso no lo anuncié y profeticé hace tiempo?
Ustedes son mis testigos.
¿Hay algún Dios fuera de mí?
No, no hay otra *Roca;
no conozco ninguna." »
   9 Los que fabrican ídolos no valen nada;
    inútiles son sus obras más preciadas.
 Para su propia vergüenza,
    sus propios testigos no ven ni conocen.
10 ¿Quién modela un dios o funde un ídolo,
    que no le sirve para nada?
11 Todos sus devotos quedarán avergonzados;
    ¡simples *mortales son los artesanos!
 Que todos se reúnan y comparezcan;
    ¡aterrados y avergonzados quedarán todos ellos!
   12 El herrero toma una herramienta,
    y con ella trabaja sobre las brasas;
 con martillo modela un ídolo,
    con la fuerza de su brazo lo forja.
 Siente hambre, y pierde las fuerzas;
    no bebe agua, y desfallece.
13 El carpintero mide con un cordel,
    hace un boceto con un estilete,
 lo trabaja con el escoplo
    y lo traza con el compás.
 Le da forma *humana;
    le imprime la belleza de un ser humano,
    para que habite en un santuario.
14 Derriba los cedros,
    y escoge un ciprés o un roble,
 y lo deja crecer entre los árboles del bosque;
    o planta un pino, que la lluvia hace crecer.
15 Al *hombre le sirve de combustible,
    y toma una parte para calentarse;
    enciende un fuego y hornea pan.
 Pero también labra un dios y lo adora;
    hace un ídolo y se postra ante él.
16 La mitad de la madera la quema en el fuego,
    sobre esa mitad prepara su comida;
    asa la carne y se sacia.
 También se calienta y dice:
    «¡Ah! Ya voy entrando en calor,
    mientras contemplo las llamas.»
17 Con el resto hace un dios, su ídolo;
    se postra ante él y lo adora.
 Y suplicante le dice:
    «Sálvame, pues tú eres mi dios.»
   18 No saben nada, no entienden nada;
    sus ojos están velados, y no ven;
    su *mente está cerrada, y no entienden.
19 Les falta *conocimiento y entendimiento;
    no se ponen a pensar ni a decir:
 «Usé la mitad para combustible;
    incluso horneé pan sobre las brasas,
    asé carne y la comí.
 ¿Y haré algo abominable con lo que queda?
    ¿Me postraré ante un pedazo de madera?»
20 Se alimentan de cenizas,
    se dejan engañar por su iluso *corazón,
 no pueden salvarse a sí mismos, ni decir:
    «¡Lo que tengo en mi diestra es una mentira!»
